Nueva infografía sobre la Reconstrucción del ligamento cruzado anterior donde hemos resumido un artículo científico en una sola imagen.
La lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) es una incidencia común, especialmente entre los deportistas jóvenes. La reconstrucción del LCA es, por tanto, uno de los procedimiento ortopédicos más habitualmente realizados.
Se cree que restaurar la estabilidad de la rodilla podría beneficiar no solo a corto plazo con la estabilización de la rodilla y el regreso del paciente al deporte, sino también a largo plazo debido a el supuesto aumento del riesgo de condral o daño meniscal en la rodilla inestable.
Si bien esta cirugía es un procedimiento generalmente aceptado, hay una variedad de técnicas específicas que siguen siendo ampliamente debatidas.
Quizás la mayoría controvertida es la cuestión de la elección del injerto, particularmente en reconstrucción de autoinjerto, donde la morbilidad del sitio donante y el resultado a largo plazo son una preocupación.
Dos de los más comunes son los autoinjertos utilizados son hueso-tendón rotuliano-hueso (BPTB) y tendón de la isquiotibiales (HS).
Aunque se han realizado numerosos estudios comparando estos tipos de injertos, la mayoría se centran en los resultados a corto plazo con un seguimiento de 2 años o menos, y por lo tanto, carecen de pruebas sustanciales que favorezcan a técnica sobre otra.
En este artículo realizado por Kirsten L Poehling se describen los resultados comparativos a largo plazo de la reconstrucción del LCA con autoinjerto hueso-tendón rotuliano-hueso (BPTB) versus reconstrucción del LCA con autoinjerto de isquiotibiales (HS) con respecto a los resultados clínicos y radiográficos.